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periodismo universitario en internet

La caída de los regímenes socialistas de Europa del Este. Revoluciones de 1989, el año en que cambio Europa (y 7)

Revoluciones 1989, Santiago Martínez Arias, corresponsal Europe Este

Manifestación comunista en la Plaza Roja de Moscú, frente al mausoleo de Lenin, en noviembre 2017, centenario de la Revolución Rusa / AFP PHOTO / Mladen ANTONOV

  • De Varsovia a Yugoslavia, las revoluciones que cambiaron Europa

  • Europa del Este da el salto a la modernización

Han pasado tres décadas desde el último cambio radical político y social en Europa. La caída de los regímenes socialistas de Europa del Este en 1989, al que tuve oportunidad de asistir como periodista, tambaleó las estructuras y dinámicas económicas y políticas de la Vieja Europa en un movimiento cuyas consecuencias se hacen sentir todavía hoy. Polonia, Hungría, Alemania Oriental, Checoslovaquia, Bulgaria, Rumanía y Yugoslavia fueron protagonistas hace más de un cuarto de siglo. Casi todos los países se incorporaron, en su proceso modernizador, a la Europa económica de la UE. En esta carrera también por la democratización, de la desmembrada Yugoslavia, Croacia tuvo la fortuna de formar parte de la última ampliación de la Unión Europea, en 2013, y junto con Eslovenia son los únicos Estados de la ex federación que se integraron en la UE.

Europa del Este, Unión Europea, Revoluciones 1989

Europa del Este se transformó del sovietismo al europeísmo en tan sólo un año.

El derrumbe de la Europa de Este se materializó definitivamente, en los años siguientes 1990 y 1991, con la implosión del corazón mismo del sistema, la Unión Soviética, un Estado convertido en quince nuevos países. Pero todavía quedaba en Europa, en la última década de un siglo aún sin apodo histórico (yo lo llamaría el Siglo de la Decadencia y Resurrección), una etapa larga y difícil de superar, cual fue la desintegración de la República Federativa Socialista Yugoslava. Ese rincón de Europa que había marcado el inicio del siglo XX, en Sarajevo donde se desencadenó la Primera Guerra Mundial, marcó también el final del mismo siglo con la terrible guerra en Yugoslavia y aledaños, con el otro país casi olvidado como lo era Albania y el ex yugoslavo Kosovo incluidos.

Kosovo, Worldpress picture 1991, Guerra Yugoslavia, G. Merillon

Una familia se llora la pérdida de unos de sus miembros en la guerra de Kosovo. Foto de Georges Merillon (Worldpress picture of the year 1991).

 

Modernización en Europa central y oriental

Pasado este tiempo se puede decir que se ha llegado a una estabilidad que permite a los pueblos desarrollarse en condiciones de libertades individuales desconocidas durante la época soviética, con un sistema legal garantista en una sociedad civil independiente y con un sistema de propiedad privada. Al cabo de los años he vuelto, como paseante, a algunos de esos países para comprobar los cambios. El modo de vida del otro lado del telón de acero, democracia occidental, ha cambiado incluso la forma de pensar de la gente. Sin embargo, los progresos no han sido tan rápidos ni tan deslumbrantes como habían imaginado muchas de aquellas personas que pusieron su esperanza en el salto a la economía de mercado. A pesar de ello el balance es positivo, y como señalaba la economista británica Joan Robinson «La miseria de ser explotado por los capitalistas no es nada comparada con la miseria de no ser explotado por absolutamente nadie». Los sueños europeos de los orientales se convirtieron en muchas ocasiones en un duro despertar, ya que antes de las revoluciones parecía que existían más oportunidades para todos. La emigración masiva se convirtió en un espejismo de solución, durante los primeros años. Después de tener restringido y virtualmente prohibido el viaje al extranjero, la posibilidad de salir de las fronteras propias se convirtió en una opción mejor que esperar a que el país se transformase.

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Coches repletos de emigrantes esperando salir en la frontera en Rumanía

 

La tranquilidad de la Redacción

Aquella intensa experiencia como corresponsal de prensa en Europa del Este me dejó marcado. Demasiados frentes abiertos y difícil atención a todos ellos globalmente. Trabajo complicado o afición, pasión en definitiva de tradición familiar, que desde la perspectiva actual se puede contemplar con espíritu crítico, pero que tuvo el valor de una de las mejores experiencias que podía vivir un profesional del periodismo, que como era mi caso estaba en sus inicios. Las anécdotas son inagotables, intenté resumirlas a mi regreso a la tranquilidad de una redacción nacional, fuera del ámbito del corresponsal, en un concurso periodístico convocado en el año 91 por el periódico Diario16. Una lástima, no sólo por no haber obtenido ningún resultado positivo, sino porque las bases de participación exigían que el material entregado fueran los originales de los trabajos, de forma que nunca más volví a ver aquellos recortes de periódico que tan celosamente habían coleccionado mis allegados, ya que yo no tenía acceso a ellos en Viena. Traté de recuperarlos ya que el organizador, otro periodista ya olvidado, a pesar de ser colega se negó a facilitarme aquellos originales.

Redacción periódico, Revoluciones 1989, Europa del Este, EL Independiente

Un periodista se informa en la redacción de su diario. Al fondo cartel del periódico fundado por Sartre en los años 70.

Pero sin embargo el mejor premio es la atención de los lectores y tuve el premio es la reflexión y la información por parte de los que me leyeron entonces y de los que, si has llegado hasta aquí amigo lector, leéis ahora. La limitada oferta de entonces hoy es desbordada infinitamente por la infinita capacidad de internet. Todo ha cambiado tanto que hay cosas que parece que nunca hubieran existido. Un ejemplo ortográfico sencillo sería que desde siempre se había escrito en español Servia con uve, y entonces algunos medios empezaron a escribirlo con be, Serbia. Misterios de las traducciones indirectas a través de otros idiomas, que antes de esta moda tenían una personalidad más firme. Misterios también del poder de algunos medios que se arrogan atribuciones que corresponden a otras instituciones, véase la RAE. La profesión ha cambiado mucho más que una v por una b, y los medios de comunicación aún más, si cabe, que aquellas antiguas repúblicas ex socialistas. La documentación por medio de imágenes de cualquier cuestión de actualidad, gracias a los dispositivos móviles con cámaras de foto, era impensable en aquel momento. A pesar de ello ya se intuían algunas modernizaciones informativas, como lo fue la grabación y retransmisión de la ejecución de los Ceaucescu. Hasta entonces no habíamos tenido oportunidad de contemplar la muerte tan de cerca, salvo el caso, diez años antes, de la transmisión a todo el mundo de la muerte del periodista norteamericano Bill Stewart asesinado por los soldados de Somoza en plena calle en Managua. Aquellas imágenes se instalaban en mi cabeza cada vez que salía a la calle en Bucarest o en Praga y veía a la gente arremolinarse o salir empujando en cualquier dirección. Pura adrenalina periodística.

Rumanía 1989, Revoluciones 1989, Ceacescu último discurso, Bucarest manifestaciones

El últmo discurso de Ceaucescu fue seguido por miles de personas, sin embargo no todo eran adhesiones.

 

Una etapa amortizada

La vida en los aeropuertos, la paradoja de los hoteles de lujo en las capitales socialistas, el mercado negro de la moneda y el mercado de la carne, el turismo de perfil extraordinario, y tantas otras costumbres adquiridas eran detalles que caracterizaban los límites de las sociedades comunistas que, además, en el colmo de los contrasentidos admitían la American Express para pagar cualquier servicio. Las virtudes del sistema socialista no habían sido un espejismo, eran numerosas en algunos sectores, educación, medicina, ciencia… Yo no me cansaba de defenderlas en los intercambios de pareceres en cualquier reunión pública, aunque no resultara muy popular en aquel momento, pero había que poner un poco de raciocinio. Sin embargo, el edificio soviético se desmoronaba sumido en la incompetencia de sus dirigentes y el desconcierto general del aparatchik. Estas imágenes abajo corresponden a una curiosa baraja publicada por el magnífico dibujante Alfonso Ortuño en los años 70 que recogía a todas las personalidades políticas de aquellos días. Todos han cambiado y pasado a mejor vida, pero de alguna manera esta imagen refleja el poder que ejercían estas personalidades en plena Guerra Fría.

Cierre del siglo: la Nueva Rusia

Sin duda Mijail Gorbachov fue el personaje, a él que hay que sumar otros factores como el efecto Helsinki en su Acta Final o el no menos importante efecto Tocqueville por el cual los gobernantes de los países socialistas reconocieron internamente su ilegitimidad y dejaron paso a las reformas. La reunión de Gorbachov con George Bush en Malta, a principios de diciembre del 1989, le recordaba a Garton Ash a la anterior reunión de Yalta en la que las potencias vencedoras, incluido Churchill, se reunieron para repartirse Europa. De Yalta a Malta habían pasado casi 50 años y se deshacía el nudo de las influencias y el poder en el corazón de Europa. El paisaje hoy nos deja una Europa integrada. Yo volví a España y plasmé mis impresiones en diversos trabajos teóricos, de ámbito académico, respecto a una nueva ciencia, dentro del terreno de la política, a la que se denominó ‘Transitología’ y que tenía sus antecedentes en las transiciones en América Latina y en la que se incluían a España y Portugal como ejemplo. Esa misma pudo tener su continuación, tras las experiencias en Europa central y oriental, en la Primavera Árabe, aunque sin resultados extrapolables. Mi postrero cartucho en ciencia política lo disparé en un estudio sobre la transición en las repúblicas ex soviéticas de Asia Central. Aunque el modelo de transiciones no sirvió en la ex URSS, CEI, Rusia y catorce países cercanos, sí me dio pie sin embargo a construir una teoría de los regionalismos interesante y todavía muy citada (puedes acceder al libro completo en pdf haciendo click en la imagen).

Tesis, Santiago Martínez Arias, Asia Central, Relaciones Internacionales

Martínez Arias, Santiago (2011) “Seguridad global y regional. Asia Central en el contexto internacional”

One Comment

  1. Muy bueno. Hay que leer también los seis artículos anteriores (1 a 6) de las Revoluciones de 1989. Muy interesante que estén todos agrupados en la misma web. Gracias. Un saludo.

Trackbacks/Pingbacks

  1. variacion XXI | Armenia a la deriva - […] meses antes de la caída de la URSS, a finales de 1991, la República Socialista Soviética de Azerbaiyán, así…

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